Arquitectura y Humanidades
Propuesta académica

Recomendaciones para la presentación de artículos y/o ensayos.

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Una estrategia didáctica para la formación del arquitecto, a través de la lectura, más allá de su campo disciplinar.

por: María Elena Hernández Alvarez

Mi casa es una ciudad con la puerta a la aurora
Miguel Hernández

 

Este trabajo se presenta en tres apartados:

1.- CONTEXTO, JUSTIFICACIÓN Y NOCIONES

A los arquitectos en la licenciatura se nos forma de manera profesionalizante; esto es, el plan de estudios está dirigido principalmente a lo “edilicio”, esto es, a adquitir las habilidades de edificación. Además, si antes de entrar a la universidad poco se nos había acercado a leer y a escribir textos, aquel poco acercamiento en la licenciatura en arquitectura se anula casi completamente porque, escudándose los planes de estudio en la muy conocida frase “una imagen vale mil palabras”, la enseñanza de las habilidades para edificar se muestran en gráfios, planos e imágenes visuales. La licenciatura en arquitectura está ayuna de cultivarnos en leer, escribir y en la oralidad.
    Bueno, pero si bien es cierto que lo edilicio es indispensable para el arquitecto y que requiere de años de conocimiento, aquí es necesario distinguir lo “edilicio” de “construcción”, ya que, la palabra construcción implica lo habitable, esto es, construimos porque habitamos. La diferencia esencial entre estas dos palabras la comprendemos bien gracias a un texto muy fecundo de Martin Heidegger “Construir, habitar, pensar .
     Así, la arquitectura es mucho mucho más que lo edilicio en sus manifestaciones contemporáneas espectaculares que privilegian al sentido de la vista, esto es, fachadas, exteriores o interiores, y que hasta una nueva lienciatura han generado: el licenciado en interiorismo.
     La arquitectura es el espacio que se habita, aquel que nos establece un mundo de pertenencia e identidad, en el que podemos ser, en el que nos dignificamos los seres humanos individual y comunitariamente, en todos sentidos y con todos los sentidos: los cinco físicos y los muchos internos… La arquitectura es lo habitable, sí, ciertamente contenido en una edificación, pero, en donde lo edilicio debe siempre estar subordinado a lo primero, es decir, a lo habitable.
     Cuando podemos decir “Mi casa es una ciudad con la puerta a la aurora”, de Miguel Hernández, entonces sí que estamos hablando de arquitectura, por lo que acontece, sucede, nace, crece, se comunica EN esos espacios habitados.
     Ahora bien, es importante decir aquí que no hay buena arquitectura y mala arquitectura, porque, o hay arquitectura o no la hay, punto. Cuando nos encontramos en una edificación, cualquiera que sea su género, y que es funcional y básicamente ocupable, aunque en muchos casos obligadamente padecible, inhóspita o hasta denigrante, esta edificación es eso: sólo una edificación, pero no una mala arquitectura, aquí no hay arquitectura, punto… Es como si dijésemos que hay poesía buena y poesía mala… O es poesía o no es poesía, o nos abre a otra dimensión, o no. Ciertamente podríamos encontrarnos leyendo un acomodo ingenioso de palabras, rimas o sonidos, pero no por ello serían poesía; Octavio Paz explica muy bien esto del lenguaje poético en su libro El Arco y la Lira cuando nos dice (…) “hay máquinas de rimar pero no de poetizar” (O. Paz, p. 14)
     Así, a la arquitectura, también, la consideramos y defendemos enfáticamente, como una de las artes, y por ello es también lenguaje, lenguaje no verbal, pero lenguaje… “el poema (o en nuestro caso la obra de arquitectura), nos dice Paz, no es una forma literaria sino el lugar de encuentro entre la poesía y el hombre” (Paz, p 14). En este lugar de encuentro sucede lo poético, aquello que expresa los anhelos y la cosmovisión del ser humano, individual o comunitario, que funda y establece mundos de pertenencia e identidad, que dignifican y enaltecen lo humano.  
     La arquitectura, es el lenguaje poético habitable que, en términos de Heidegger, desoculta una verdad que quiere ser a través del alma humana, y no puede ser de otra manera. Según Heidegger, en su libro Arte y Poesía:

(…) “todo arte es en esencia Poesía, y Poesía es la desocultación de una verdad, (…) la poesía acontece en el habla porque ésta guarda la esencia originaria de la Poesía. (…) El arte, como poner-en-obra-la-verdad, es Poesía. No solamente es poética la creación de la obra, sino que también lo es a su manera la contemplación (o el habitar) de la obra, (…) para hacer morada nuestra esencia misma en la verdad del ente (…). La esencia del arte es la Poesía. Pero, la esencia de la Poesía es la instauración de la verdad. La palabra instaurar la entendemos aquí en triple sentido: instaurar como ofrendar, instaurar como fundar e instaurar como comenzar.  Pero la instauración es real sólo en la contemplación.” (Heidegger, p. 114).

En nuestro caso, el de la arquitectura, el contemplar es el poéticamente habitar en el espacio y en el tiempo.
     Entonces, con las nociones anteriores acerca de lo edilicio, de construcción, de habitar y de ser, llegamos aquí a una definición importante: el oficio del arquitecto es el diseñar (con el vocabulario y con la gramática edilicia), habitando imaginariamente escala uno a uno, los espacios que él u otros seres humanos habitarán/contemplarán, esto es, que les instaurarán un mundo que les dignifique, que les desoculte y funde una verdad para poder verdaderamente ser.
     Pero, nos preguntamos, ¿cómo es que el arquitecto, que diseña prefigurando en su imaginación esos espacios, logra el establecimiento o instauración de un nuevo mundo habitable, poéticamente habitable, si poco conoce durante su formación profesional de Poesía, de Filosofía, de otras ciencias humanas o de las otras artes y de sus procesos creativos de desocultaición de una verdad que quiere ser? Aquí es en donde se necesita una estrategia didáctica que forme al arquitecto, a través de la lectura, más allá de su campo disciplinar.
    

Lo anterior me llevó, desde hace muchos años, a la necesidad de investigarlo y el resultado no sólo fue mi tesis doctoral, sino el instaurar y establecer un espacio académico de investigación que se llama: ARQUITECTURA Y HUMANIDADES, que se ha implementado en diversas Escuelas de Arquitectura de México y vigente desde 1997 en el Programa de Maestría y Doctorado en Arquitectura de la UNAM. 
     Y, esta estrategia es muy pertinente al tema de este importante día nacional del libro para potenciar tanto la dimensión racional como la emocional en el proceso de formación de lectores universitarios que promuevan el desarrollo sostenible, los derechos humanos, la igualdad entre los géneros, la promoción de una cultura de paz, la diversidad cultural y la contribución al desarrollo sostenible de la sociedad y del planeta.
     Bien, decíamos más arriba que es indispensable para el arquiteto el conocimiento de lo edilicio porque le aporta las habilidades tectónicas y pragmáticas; tal como la gramática al poeta… pero sí únicamente los arquitectos nos quedamos en lo edilicio, la resultante casi siempre son esos espacios funcionales, ocupables que todos conocemos, pero que muchas veces son inhóspitos, denigrantes, y por supuesto no habitables. Ejemplos de estas desafortunadas manifestaciones antiarquitectónicas hay por doquier en nuestras ciudades.
     Entonces, hay que ir más allá de esta limitación profesional edilicia y acudir, a través de la lectura, a las Humanidades, a la Filosofía (y en ésta particularmente comenzamos con la Hermenéutica Analógica ), a la Literatura y a la Historia. Esto es, a la reflexión teórica filosófica, histórica y literaria para formar la mente y el corazón del arquitecto en la verdadera esencia de su oficio: el diseño del habitar.
      Un ejemplo encontrado en la literatura de cómo una analogía (de la que nos habla el Dr. Beuchot) pudo llevar a una comunidad anquilosada y destinada a decaer a fundar un nuevo mundo lo encontramos en el cuento de Gabriel García Márquez “El ahogado más hermoso del mundo”. Escuchemos un fragmento:

 

 (…)
El pueblo tenía apenas unas veinte casas de tablas, con patios de piedras sin flores, desperdigadas en el extremo de un cabo desértico. La tierra era tan escasa, que las madres andaban siempre con el temor de que el viento se llevara a los niños, y a los pocos muertos que les iban causando los años tenían que arrojarlos en los acantilados. Pero el mar era manso y pródigo, y todos los hombres cabían en siete botes. Así que cuando encontraron el ahogado les bastó con mirarse los unos a los otros para darse cuenta que estaban completos.
(…)
Y llegó Esteban…
(…) todo sería diferente desde entonces, que sus casas iban a tener las puertas más anchas, los techos más altos, los pisos más firmes, para que el recuerdo de Esteban pudiera andar por todas partes sin tropezar con los travesaños, y que nadie se atreviera a susurrar en el futuro ya murió el bobo grande, qué lástima, ya murió el tonto hermoso, porque ellos iban a pintar las fachadas de colores alegres para eternizar la memoria de Esteban, y se iban a romper el espinazo excavando manantiales en las piedras y sembrando flores en los acantilados, para que en los amaneceres de los años venturos los pasajeros de los grandes barcos despertaran sofocados por un olor de jardines en alta mar, y el capitán tuviera que bajar de su alcázar con su uniforme de gala, con su astrolabio, su estrella polar y su ristra de medallas de guerra, y señalando el promontorio de rosas en el horizonte del Caribe dijera en catorce idiomas, miren allá, donde el viento es ahora tan manso que se queda a dormir debajo de las camas, allá, donde el sol brilla tanto que no saben hacia dónde girar los girasoles, sí, allá, es el pueblo de Esteban
.

     Otros ejemplos los hallamos en Italo Calvino, particularmente en su libro El barón rampante, en donde la analogía de escapar de su casa y de lo edificado para vivir en las frondas de los árboles nos sugiere que es posible imaginar nuevas formas de habitar este mundo. Y, si vemos la película Chocolate en la que actúa Juliette Binoch, encontramos también a la analogía que revivió a ese pueblo condenado a morir en la rigidez de la univocidad. Otro ejemplo de analogía que lleva hacia adelante a una comunidad lo vemos en la película El banquete de Babel. Es cuestión de primero comprender la herramienta teórica metodológica que nos aporta la Hermenéutica Analógica y, partiendo de ello, buscar la analogía en nuestro complejo mundo contemporáneo.
     El acudir a la Filosofía, ciertamente no va a aportar otros conocimientos a las habilidades edilicias que nos da nuestra licenciatura en arquitectura, pero sí dará la reflexión de las premisas de nuestro oficio. Y al respecto, nos dice Karel Kosik:

 “(…) Cada especialidad entiende la actividad que le es propia, pero no sabe investigar sus premisas y en este sentido es acrítica. La misión de la filosofía, en cambio, es la crítica de las premisas. (…). Más esencial que la arquitectura como actividad especializada es la arquitectónica . (…) Las épocas históricas o bien tienen arquitectura porque son arquitectónicas o no la tienen porque reemplazaron la arquitectónica por algo que exteriormente (fachadas) puede parecerse a la arquitectónica o incluso llamarse así (concursos y premios internacionales), pero que por su esencia es sólo una impostura o sucedáneo. Parecerse a la verdad y no serlo significa vivir en lo no verdadero. (…) mientras la época moderna siga negando la arquitectónica seguirá produciendo anticiudades, es decir, aglomeraciones modernamente equipadas como sucedáneos de espacios de convivencia y habitación humanos dignos de la gente.” (Kosik, K., p 53-55).

     Otro ejemplo: un poema de Francisco González León que expresa muy claramente qué sucede con las ciudades cuando la arquitectónica, lo poético es expulsado o hundido bajo lo sucedáneo:

MAÑANA ERRABUNDA
Mas sin esas gallinas del suburbio
que en las encrucijadas de las calles
picotean y son dueñas por entero
del podrido e hirsuto basurero,
el pueblo no tendría
su fisonomía.

Quieren quitar de la esquina de la plaza
el añejo portal:
el portal tres veces secular
donde en un puesto de mercadería
muchas generaciones han vendido
herrajes viejos y quincallería.

Mas sin aquel portal,
según el entender de mi porfía,
el pueblo silencioso va a perder
su fisonomía.

La gran plaza,
el portal,
la soledad perpetua de las calles;
y hacia allá,
más, aún más,
las tapias cenicientas del suburbio
y algún canto perdido del torcaz.
Y en el azul impávido del cielo,
como un negro tatuaje,
los tristes zopilotes de ala muerta
que son como la firma del paisaje.

Mis devociones por las cosas viejas:
las retorcidas rejas
los cerrados balcones,
las certeras visiones que me agencio:
la ciudad toda entera,
como una compotera
colmada de conserva de silencio.

Los rotos y vetustos caserones;
consejas, misticismos, tradiciones:
una vejez abuela y polvorienta
que pasa santiguándose en su inopia...
. . . . .
Sin el convento que en el río se copia,
sin el halcón que silencioso acecha
posado en la alta cruz de la Parroquia.
Sin todas esas cosas;
sin toda esa quietud injuta en rosas:
sin toda esa poesía,
faltará al pueblo su fisonomía.

     Si el objetivo de nuestro oficio como arquitectos es diseñar espacios habitables, poéticamente habitables, esencial es saber qué es lo habitable. Y para comprenderlo, de nuevo acudimos a la Filosofía. Lo habitable es, en palabras de Gastón Bachelard, lo que acontece, lo que se es dentro de nuestra segunda piel, y en palabras de Martin Heidegger, el "yo soy, el como yo habito yo soy, como yo soy yo habito". Y, también, la arquitectura es su arquitecto, la casa está impregnada del alma del arquitecto. Veamos un fragmento del bellísmo poema de Dulce María Loynaz: Ultimos días de una casa:

“Más que piedra y vallado,
más que sombra y que tierra,
más que techo y muro,
porque soy todo eso y soy con alma…”
(…)

 “ Y entonces digo yo (la casa): Será posible
que no sientan los hombres el alma que me han dado?
¿Que no la reconozcan junto a ella,
que no vuelvan el rostro si los llama,
y siendo cosa suya les sea cosa ajena?”

Para coadyuvar a que suceda lo anterior, verificarlo explícitamente y fortalecer que el eje de toda la formación del arquitecto se contemple más allá del campo disciplinar pragmático edilicio, he propuesto cierta estrategia didáctica empírica que se implementa en el Programa de Maestría y Doctorado en Arquitectura de la UNAM desde 1997 y de la que algunos de sus resultados se divulgan en la página web www.architecthum.edu.mx , en internet desde 1999.  
     A continuación se explica brevemente esa estrategia didáctica que puede coadyuvar a la formación del arquitecto, a través de la lectura, más allá de su campo disciplinar.

 

2.- LA ESTRATEGIA DIDÁCTICA PARA LA FORMACIÓN DEL ARQUITECTO, A TRAVÉS DE LA LECTURA, MÁS ALLÁ DE SU CAMPO DISCIPLINAR.

Esta estrategia es un salto al vacío, por lo que ya se explicó más arriba de que al arquitecto se le forma en la licenciatura de manera profesionalizante privilegiando lo edilicio y lo perceptivo visualmente. Así que lo primero fue diseñar y proponer un programa académico que pudiese implementarse de diversas maneras en espacios de la formación del arquitecto. En estos espacios académicos, generalmente semestrales, se dosifican ciertos temas cuidadosamente preseleccionados provenientes de las Humanidades para que, directamente desde ellos, los alumnos puedan introyectar, a través de la lectura reflexiva, las nociones filosóficas, históricas y literarias que se traen a nuestro referente (el Diseño Arquitectónico de lo habitable). Este “salto al vacío” comienza con la lectura oral y se reescribe en singulares catálogos de enunciados “a priori” y “a posteriori” y también en interesantes ensayos académicos sustentados en esas lecturas. Los ensayos, en el caso de cumplir con los requisitos previamente anunciados a los alumnos y profesores, son publicados en la revista arbitrada e indexada a latindex.org www.architecthum.edu.mx.
      Como docente, procuro dar ese primer salto al vacío a las Humanidades comenzando, como mencioné más arriba, por la Hermenéutica, per también, y siempre, de la mano de la Literatura. El resumen de esta estrategia didáctica tiene la siguiente secuencia:

Paso uno:
Del texto elegido, lo primero: la palabra oral, lectura en voz alta, pausada, destacando algunos párrafos de las lecturas que nos desvelan premisas de nuestro quehacer para que, poco a poco, emerja la manifestación –primero oral- a nuestro referente. Esto es, verificándolo en el proceso proyectual o en la crítica al diseño de lo ya edificado.

Paso dos:
De la lectura en voz alta, sugiero a los alumnos subrayar aquellas frases que pudiesen trasladarse a nuestro referente, es decir, a nuestro quehacer como diseñadores de lo habitable.

Paso tres:
Una pausa para dialogar y reflexionar y dialogar lo que la lectura dice a los arquitectos.

Paso cuatro:
Sugiero formular por escrito dos tipos de enunciados:

Uno: Los a priori, es decir, aquellos que nos aportan algo para nuestro oficio como diseñadores, esto es, para el proceso proyectual cuando imaginamos y habitamos escala uno a uno lo habitable y lo codificamos en el proyecto ejecutivo, que es el código de edificación del espacio habitable contenido en una edificación (pública, privada, techada, abierta, privada, íntima, secreta u otra).
Dos: Los a posteriori: aquellos que nos permiten identificar en lo ya edificado los errores o aciertos en el diseño arquitectónico y que además nos dan sustento para escribir una crítica, y generar un conocimiento que a otros, sustentadamente, aporte.

Paso cinco:
Los alumnos, ya convencidos de que somos seres de palabras, y habiendo ellos verificado en nuestro referente de que, lo que hemos leído y reflexionado, es muy valiosa herramienta teórica. Es entonces que les solicito ir más allá de interesantes reflexiones y diálogos para comprometerse en escribir ensayos relacionados con sus inquietudes como arquitectos, como docentes  y como investigadores.

Las entregas parciales de los temas dosificados son y deben ser siempre retroalimentados por el docente.

 

3.- TEMÁTICA DE LA ESTRATEGIA DIDÁCTICA:
Los temas seleccionados y dosificados en sesiones semanales son:

a) Para el Seminario de un semestre cuyo título es CRÍTICA AL DISEÑO DE LO URBANO ARQUITECTÓNICO CONTEMPORÁNEO, se proponen tres bloques de conocimientos, para la formulación de los enunciados y ensayos:

1.- Lo global contemporáneo. El objetivo es que el alumno tenga un panorama del pensamiento contemporáneo, de lo que guía a las personas a hacer lo que estamos haciendo, para nuestro caso, a diseñar y a edificar lo que estamos padeciendo en términos espaciales. Pare ello, los tres principales autores que elegí son Karel Kosik, Mario Vargas Llosa y Guy Debord.

2.- Lo local contemporáneo. México está inserto en el mundo, obviamente. Sin embargo hay ciertas particularidades que nos definen dentro del contexto global. De ello nos dan buen conocimiento Octavio Paz, Samuel Ramos, Santiago Ramírez y Carlos Fuentes, entre otros autores.

3.- Y, como tercer bloque, y para interpretar adecuadamente al mundo contemporáneo, global y local en el que estamos, nada mejor que la Hermenéutica analógica. Y no sólo para interpretar, sino para poder irrumpir en nuestra realidad y llevarla a un mejor futuro. Desde luego estos pasos los guía principalmente Mauricio Beuchot, y también la Literatura, por ello acudimos a escritores como Gabriel García Márquez, Italo Calvino, al cine, a poetas como Dulce María Loynaz o Francisco González León, entre otros. El reto aquí es encontrar o promover la analogía que ilumina un conocimiento de frontera.

b)  Para el taller de investigación cuyo títuulo es: ARQUITECTURA Y HUMANIDADES,que se lleva a cabo a lo largo de cuatro semestres (desde 1997) en el Programa de Maestría y Doctorado en Arquitectura de la UNAM, los temas que se reflexionan y verifican en los trabajos académicos ya mencionados son:

La Hermenéutica analógica es esencial para interpretar y contextualizar el mundo de ayer y de hoy, para encontrar la analogía y poder caminar hacia adelante. Los libros que trabajamos en esta estrategia didáctica del Dr. Mauricio Beuchot son Perfiles esenciales de la Hermenéutica, Tratado de hermenéutica analógica y La racionalidad analógica de la filosofía mexicana.

El Mito. Para dar el primer salto al vacío, Ernst Cassirer nos aporta un muy buen panorama de quienes han estudiado el tema del Mito, presente en toda civilización humana. En su libro El mito del Estado a los arquitectos se nos acerca a comprender sobre la cosmovisión primigenia que cohesiona a toda comunidad humana y el cómo se manifiesta a través de sus rituales espacio temporales.

Los héroes u hombres históricos. En el mismo libro de Ernst Cassirer, El mito del Estado, Cassirer pasa del tema del Mito al tema de los Héroes, y, basándose en el libro de Thomas Carlyle, Los héroes, nos afirma que la historia se puede comprender como “un panorama de biografías”; esto es, las personas que escriben la historia, que son el parteaguas del antes y el después, tienen un perfil y características muy similares en todos los diferentes contextos sociohistóricos que viven o vivieron. Hombres históricos los llamaba Hegel.

La Voluntad Creativa. Es a través de estas personas que la historia se escribe y a través de las cuales se manifiesta una voluntad creativa que quiere ser. Whilhelm Worringer nos explica este asunto de la Voluntad creativa en su muy interesante libro La esencia del estilo gótico, en donde él investiga el porqué la diferencia formal y habitable de las catedrales góticas son tan evidentes, se pregunta qué pautas de diseño las edificaron, y lo explica desde el pensamiento milenarista y teocéntrico que permeó al mundo occidental en los primeras décadas y siglos del segundo milenio. La metodología de investigación que Worringer utilizó para comprobar que las pautas de diseño de las Catedrales Góticas comenzó por comprender la cosmovisión y mitología de los hombres en sus diferentes manifestaciones culturales.

Acerca del trasfondo de toda obra de arte, el filósofo Nicolai Hartmann hace estudios muy profundos sobre el trasfondo de todas las artes, para la arquitectura Hartmann nos aporta muy interesantes nociones que bien pueden trasladarse a ser un método de diseño. Los libros que estudiamos de este autor son Estética e Introducción a la Filosofía.

¿Qué es el espacio? Pero, en todo este salto al vacío que ya hemos dado a las humanidades, a través de la lectura, vamos llegando con los temas anteriores, y poco a poco, a concluir que la pauta de diseño esencial en la arquitectura es el habitar, y el habitar es el acontece de un ser humano en un espacio, es más, el espacio es el acontecer, uno sin lo otro no podrían ser. Para comprender entonces qué es el espacio, Martin Heidegger en El arte y el espacio y en su muy conocido ensayo Construir, habitar, pensar, nos aporta a los arquitectos las claras diferencias entre construir y edificar, entre ser-habitar o entre sólo ocupar o padecer una edificación.

¿Qué es arte y la Poesía? Y, si bien decimos que la arquitectura es una de las artes, que se percibe con los cinco sentidos, “leerla o contemplarla” sólo sucede/acontece cuando se funda, instaura y establece un nuevo mundo que quiere ser a través de una voluntad creativa…sólo así es que se habita, entonces, necesitamos comprender qué es el Arte. Para ello, el libro de  Martin Heidegger Arte y Poesía, y el de Octavio Paz El arco y la lira, nos muestran que todo arte en esencia es Poesía y que la Poesía se escribe en diferentes lenguajes, entre ellos la arquitectura. Aquí también incluimos pensar en kos proceso creativos de otras artes y ara ello tanto Hartmann en Estética, como Etienne Souriau en su libro La correspondencia de las artes, aportan nociones indispensables para el diálogo y comprensión de las artes.

Sobre la poética del espacio (Bachelard, Francisco Gonzlez León) Así es que llegamos a la temática de la poética del espacio la cual nos la explica a manos llenas Gastón Bachelard. No hay mucho tiempo para acudir a varios de sus libros, así que nos detenemos suficientemente en La Poética del espacio en donde nos dice que “la casa es nuestra segunda piel”.

Con el bagaje anterior, y siempre, vamos principalmente de la mano de la Literatura, de la Palabra Erguida, como dice Octavio Paz, tocada por la Poesía. Asimismo, con frecuencia ase han promovido talleres de cuento, apoyados por el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM y también talleres de correspondencia entre las artes, tales como “Música, Arquitectura y Poesía, con el apoyo del Conservatorio Nacional de Mísica.
        Finalmente, además de lo anterior y de lo que se publica en el sitio web  www.architecthum.edu.mx, existen libros impresos resultado de esta estrategia, de ellos la Colección Arquitectura y Humanidades a la fecha cuenta con 17 volúmenes en texto impreso y están al alcance del mundo entero a través de amazon y sus múltiples canales afiliados.

Lo que aquí se comparte sucede y acontece gracias a la lectura y a la escritura más allá del campo disciplinar; esa lectura que abre horizontes infinitos y esenciales para nuestra formación como arquitectos, y el resultado verificable en muchos casos es que diseñamos mejor, no únicamente para el “algo” (lo edilicio, lo económico, lo funcional, lo tecnológico) sino principalmente para “el alguien (la persona individual o comunitaria)”. Se diseña y se construye desde pautas que verdaderamente dignifican a ese “alguien” que habitará esos espacios.

 

Dra. en Arq. María Elena Hernández Alvarez
Profesora y Tutora de Maestría y Doctorado
Programa de Maestría y Doctorado en Arquitectura,
Universidad Nacional Autónoma de México

Correos electrónicos:
mehernandez@architecthum.edu.mx, mehernandez99@hotmail.com

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FUENTES EN INTERNET

www.architecthum.edu.mx

https://albalearning.com


  A este respecto, en este Seminaro de Investigación de lectura, con gran gusto conocimos la interesante propuesta de la Maestra Sofía de la Mora de la Universidad Autónoma Metropolitana quien diseña una propuesta doctoral que ella titula “L.E.O.”; esto es “lectura, escritura y oralidad”

Heidegger, M., Construir, habitar, pensar, en Conferencias y Artículos, Ed. Serbal, Barcelona, 1994.

En la obsesión contemporánea por la especialización, tristemente se va fragmentando aún más nuestra profesión.

La Hermenéutica es, como lo dice el Dr. Mauricio Beuchot, la ciencia y el arte de interpretar.

https://albalearning.com/audiolibros/gmarquez/ahogado.html, este es uno de muchos ejemplos de los mensajes que los poetas y escritores, que son nuestros poetas, nos emiten. Ellos ven más allá que nosotros que estamos ocupados en lo utilitario, lo comercial, la subordinación a la cosificación humana contemporánea.

“¿Qué es la arquitectónica? El actuar y el saber arquitectónicos determinan qué es esencial y qué es secundario, definen la meta (telos) que motiva todo lo que se hace. La arquitectónica es una diferenciación que no solamente distingue lo esencial de lo secundario sino que también le otorga a lo principal, a lo importante, a lo sustancial, un puesto elevado y lo define como el sentido de todo lo que se hace, en comparación con lo cual todo lo demás es auxiliar, concomitante, suplementario y dependiente. La arquitectónica es una articulación y un ritmo de la realidad en el que la vida se divide en trabajo y tiempo libre, en guerra y en paz, en actividades necesarias y útiles, por una parte, y en actividades elevadas y bellas, por la otra, estando –y esa es la esencia de la arquitectónica- lo primero sometido a lo segundo: lo secundario responde a lo sustancial.” (…) las cosas útiles para las cosas hermosas, como dice Aristóteles. (…) La arquitectónica determina  y prescribe que es necesario hacer las cosas necesarias y útiles pero debe darse prioridad a las cuestiones bellas en el sentido del término griego to kalon: lo elevado, lo digno, lo sublime. Pero, ¿qué ocurre si lo secundario, lo auxiliar, lo instrumental (lo edilicio  disfrazado de sucedáneos de moda) se rebela contra el telos, contra el sentido, si ocupa el puesto de mando y pone a las actividades que Aristóteles denomina bellas a su servicio? En ese momento, en el mismo instante en que s eprodeuce esa rebelión, la arquitectónica se hunde, la época entera cae en manos de un saber y un actuar antiarquitectónicos, es decir de un caos en el que las diferencias desaparecen, en el que la gente deja de reconocer lo que está arriba y lo que está abajo, lo que avanza y lo que retrocede, tal como caracterizó Musil al siglo XX ¿No son las ciudades modernas el testimonio y la imagen de este hundimiento de la arquitectónica?”. (Kosik, K., p 71-72)

Loynaz, Dulce María, Ultimos días de una casa, pp 23 y 41.

Actualmente existesn dos espacios de enseñanza en el Programa de Maestría y Doctorado en Arquitectura de la UNAM. A saber: un taller de investigación que fundé en el año 1997 y que me da el privilegio de tener “cautivos” a mis alumnos por cuatro semestres. Y un Seminario no seriado que me permite tener por un semestre a alumnos de todo el Programa de Maestría y Doctorado en Arquitectura y Urbanismo.

Cabe mencionar que el criterio que utilicé para la selección de estos temas del vasto e inacabable océano de las humanidades, fue gracias a mi formación como Maestra en Humanidades en la cual adquirí valiosos y organizados conocimientos de las humanidades para la comprensión del ser humano como esencia y punto de partida de la arquitectura.